Para morar en lo sublime, en lo eterno, se necesita un vacío en el que devenga imposible abrir un espacio, un hueco, pues el auténtico vacío está libre de rincones en los que esconderse incluso de uno mismo.
Y podríamos preguntarnos acerca del sentido de escondernos de nosotros mismos y al hacerlo quizá observaríamos lo ilusorio de ese acto que adquiere sin embargo tal realidad que nos separa de nosotros mismos tal vez por toda una vida.
Parece imposible que uno pueda esconderse de sí mismo pero lo cierto es que muchas veces lo más cercano nos es completamente desconocido.
Convencidos de que la vida está a nuestro alrededor nos olvidamos de que todo lo que sucede en el exterior es un fiel reflejo de nuestro Arquitecto Interior, auténtico constructor de caminos y puentes en los que andamos y nos perdemos buscando afuera aquello que tan solo se encuentra adentro.
Concentrados en los detalles de nuestra obra y angustiados por cada desvío en el camino que no nos gusta ni apetece olvidamos que éstos no son casuales sino magníficos regalos de lo más profundo de uno mismo que contienen la información perfecta para encontrar la llave de la eternidad del Ser.
Ignorantes de que el auténtico viaje vive en nuestro interior recorremos a diario con tremenda ansiedad kilómetros y kilómetros de permanente búsqueda en la dirección más alejada de nosotros mismos consumiendo una felicidad que al no ser nuestra tan solo nos regala un tremendo vacío.
Y entonces nos preguntamos por qué un vacío tendría que ser un regalo si es el resultado de nuestro aparente fracaso por no haber conseguido alcanzar nuestros deseos y anhelos, hecho que automáticamente nos lleva a cuestionarnos nuestra propia valía.
La razón es tan simple que no solemos reparar en ella. El vacío que nos genera nuestro intento fallido de conseguir lo que queremos en nuestra vida exterior nos cuestiona y al hacerlo retira nuestra mirada del exterior y la dirige hacia nuestro interior.
Es nuestro Ser quién reclama nuestra atención pues obsesionados con producir a toda costa en el exterior nos hemos olvidado de nosotros mismos y al no saber quiénes somos nos hemos querido identificar son con nuestros más brillantes logros.
Y ese es el reclamo del Ser pues la conexión con nuestro propio vacío, con nuestra propia esencia, jamás la proporcionan nuestras medallas ni nuestros logros mundanos sino el sincero reconocimiento de nuestras propias sombras, de aquellos lugares de uno mismo que requieren de la amorosa atención del jardinero que sabe que las mejores rosas son las que ofrecen sus pétalos para transformarse y vivir.
Y aunque la vida está en la semilla, sin ese amoroso cuidado nuestra flor nunca crecería en el jardín.
Comentarios El jardinero del ser
No soy escritor pero me ha gustado mucho , tu propia critica constuctiva hacia los seres humos que siempre nos hemos confundido pensando que somos capaces de hacerlo todo, y no contar con nuestras posibles capacidades y hasta donde podemos llegar Hoy en día y en todos los tiempos, necesitamos apoyo y sobre todo consejos de alguien como amigos conocidos para no fracasar como se dice por alli
Pero sinceramente el hombre no debe tener fracasos si no experiencia para seguir intentando la proxima vez lo hace mejor
Lo que no se consigue se conseguira mañana y se guarda en la papelera de reciclje para que cuando llega su momento , y su no suframos tanto.
Gracias por tu rosa y por tus besos.
Muchos besos también para ti,
Jose
Gracias por tus palabras.
Coincido contigo en que para tener experiencia el hombre no necesita fracasos.
Para tener experiencia el hombre ha de actuar, arriesgándose a equivocarse sabiendo que en cada error que comete existe la posibilidad del aprendizaje y por tanto de la experiencia.
El error nos enseña y nos permite mejorar mientras que el fracaso paraliza al hombre pues el miedo a fracasar le retira de intentar.
Un saludo para ti,
Jose
Me alegra recibir tus palabras en este blog y como tú misma dices hay un hilo invisible que conecta en la distancia corazones que laten en una misma vibración.
Supongo que mis escritos apuntan a la vida pues es su propio movimiento, su continuo fluir, lo que me inspira a plasmar en palabras la maravillosa aventura de adentrarnos en el profundo río que vive en nuestro interior más allá de las orillas de uno mismo.
Mi corazón se abre también para ti.
Un beso,
Jose
postdata: es un solo comentario creo que es la razon de la vida sino no existieramos.
Reflexión diria yo.
Lo que vivo,, lo vivo por lo que viví
Lo que viví, me dio la experiencia de lo que yo soy,,más si soy honnesta me doy cuenta de los juicios que mi mente me muestran y eso es por mis experiencias,,,más dentro de la honestidad, tengo que ser sincera y ver que toda experiencia es mi pasado,,,con la cual fabrico mi futuro creyendo que es lo mejor,,,más me pierdo el momento presente y no me doy cuenta que la felicidad está siempre en el ahora, ¿ que es la felicidad presente ?
Para mi es estar libre de juicios..y aceptar todo lo que la vida me esta ofreciendo.
Un abrazo y como siempre, sólo es desde mi realidad.
Gracias por tu espacio.
Muy interesante lo que dices.
Quizá buena parte de la sabiduría del ser humano tenga que ver con aprender a mantenerse igual de impasible ante sus aparentes éxitos que ante sus aparentes fracasos pues todo es además pasajero.
No en vano uno de los mayores éxitos es poder ver la lección de sabiduría que se esconde para nosotros en nuestros aparentes fracasos.
Un saludo,
Jose
La felicidad, como dices, está en aceptar lo que la vida te está ofreciendo en cada momento presente.
Nacidos en un mundo que nos ha enseñado que tan solo somos cuando hacemos y conseguimos, quizá el secreto esté en descubrir a través de nuestras experiencias a lo largo del vida que no somos tan importante pues todo se hace cuando estamos presentes en el presente, sin necesidad de intervenir activamente.
Mientas que no habría "hacer" sin "Ser", el Ser no necesita ni depende del Hacer.
Gracias a ti por tus comentarios.
Un beso,
Jose
"Amar es ser"
Un saludo y gusto leerte, mi lobo y yo, María Laura.
Somos AMOR. Esta es la maravillosa energía del Ser.
Un gusto recibir tu comentario y saludarte,
Jose
El jardinero del Ser siempre sabe lo que precisa nuestro jardín interior.
Un beso,
Jose
Con amor todo crece a nuestro alrededor y la semilla florece.
Tan solo es... cuestión de tiempo.
Un saludo,
Jose